Ven con tu condición de humano
para sentirte más humano,
a sentir la ausencia de la cuna
en la distancia del olvido,
a sentir la erosión del tiempo
que oxidó nuestros huesos
sin nombre.
Ven a vivir mi paciencia incierta
que descansa sobre las secuelas
de la guerra,
a esquivar la guadaña que arrastra
mi suerte,
a secar las calladas lágrimas que
ahogan nuestras almas.
Ven a salvar la inocencia que se pierde
entre el polvo y la pólvora,
y esperar en mis horas de exilio,
la última vuelta de mis plegarias.
Ven, y cuando hallas vuelto no dejes
de ser el eco de mi humana voz
que reclama con boca seca la libertad
“Ven” de Saleh Abdalahi